Asturias, en el noroeste de España, es conocida no sólo por sus impresionantes paisajes y tradiciones culturales. También es conocida por su sidra, la célebre Sidra de Asturias. Esta bebida fermentada a base de manzana cuenta con una Denominación de Origen Protegida (DOP) reconocida por la Unión Europea en 2003, lo que garantiza su calidad y autenticidad.
Pero la sidra tiene una larga historia en esta región, que se remonta a tiempos remotos, y está profundamente ligada a la historia y la cultura asturianas. Uno de los lugares que mantiene vivo este patrimonio es el Monasterio de Santa María la Real de Obona.
El Monasterio de Santa María la Real de Obona
El Monasterio de Santa María la Real de Obona es el corazón y el alma de la villa de Tineo. Es a la vez una impresionante joya arquitectónica y un fascinante testigo histórico de la elaboración de la sidra. El monasterio fue fundado en el año 780 por el príncipe Adelgaster y su esposa Brunilde. Rápidamente se convirtió en un importante centro cultural y económico. La iglesia, construida en el siglo XIII, es un sencillo pero impresionante ejemplo de arquitectura románica ibérica, con tres naves y tres ábsides circulares.
Un documento del siglo XIII es el primero que menciona la sidra. En él se dice que los criados de este monasterio podían tomar sidra como parte de su ración de comida y bebida. Este testimonio demuestra la importancia de la sidra en la vida de la gente de la época y la importancia del monasterio en su producción y distribución.
El monasterio de Obona también está rodeado de misterio. Algunos dicen que sus mazmorras esconden una red de túneles repletos de tesoros. Existe la leyenda de que muchos aventureros han intentado encontrarlos, guiados por extraños monjes, y todos han desaparecido sin dejar rastro. Algunos lugareños incluso dicen oír ruidos extraños que salen del monasterio por la noche, lo que aumenta el ambiente misterioso de este lugar ya de por sí insólito.
El Monasterio de Obona desempeñó un papel importante en el Camino de Santiago Primitivo, que es la ruta de peregrinación más antigua que conduce a Santiago de Compostela. El rey Alfonso IX, que gobernó el Reino de León entre 1188 y 1230, impuso el paso por este monasterio a todos los peregrinos que se dirigían a la tumba del Apóstol. La orden real no sólo buscaba el mejor camino para llegar a Compostela. También demostraba la importancia de Obona en asuntos religiosos, culturales y económicos.
Fuente de renovación espiritual
Los peregrinos encontraban en Obona un lugar donde descansar y reponer fuerzas, así como un entorno propicio para una profunda reflexión espiritual. El monasterio era un lugar seguro para que los viajeros rezaran, meditaran y recibieran ayuda física y espiritual. Este lugar se convirtió en un punto de referencia para los peregrinos, que encontraban allí un vínculo directo con la espiritualidad benedictina y la cultura asturiana.
Obona no estaba en la ruta principal del Camino Primitivo, pero sí a unos cuatrocientos metros. A pesar de ello, el monasterio era una parada obligatoria. Después de visitar Obona, los peregrinos solían decir que se sentían renovados y enriquecidos espiritualmente.
El monasterio también cuenta con el conocido manantial de Matoxo. Es conocido por la calidad de sus aguas. Este manantial adquirió fama gracias a Fray Benito Jerónimo Feijóo, reconocido pensador y teólogo del siglo XVIII. Pasó mucho tiempo en Obona descansando y quedó tan prendado del agua de este manantial que la hizo traer a Oviedo. Aún hoy, este manantial es también conocido como el Manantial de Feijóo.
La DOP Sidra de Asturias tiene una larga historia. De hecho, la producción de sidra en Asturias se remonta a la época prerromana. En la actualidad, la región cuenta con 971 hectáreas de manzanos y 382 productores registrados. En 2023, se vendieron más de 4 millones de botellas de sidra natural y sidra espumosa natural bajo la marca DOP Sidra de Asturias. Esta sidra es especial porque se elabora con fermentación natural de mosto de manzana asturiana, sin ningún tipo de azúcares añadidos. Se elabora sólo con productos de la tierra, lo que le da esa frescura y sabor inconfundibles.
La DOP Sidra de Asturias tiene que cumplir unas normas de calidad bastante estrictas. La sidra tiene que tener un contenido de alcohol superior al 5%, una acidez volátil inferior a 2,0 g/l de ácido acético y un contenido de anhídrido sulfuroso inferior a 150 mg/l. Además, la presión debe ser superior a 0,5 atm.
La forma de elaborar esta sidra es una auténtica mezcla de tradición e innovación, con una mezcla especial de manzanas. Lleva aproximadamente un 40% de manzanas ácidas, un 25-30% de ácidas, un 10-15% de dulces y un 5% de amargas. Esta mezcla consigue el equilibrio perfecto entre amargor, acidez y dulzor, lo que hace que la sidra asturiana destaque entre todas las demás.
La sidra hoy
La sidra tradicional asturiana sigue siendo una bebida popular y querida. Pero los productores también han ideado algunas sidras nuevas, como la sidra filtrada y la espumosa.
Estas versiones son más complejas que las elaboradas hace cientos de años por el Monasterio de Santa María la Real, pero conectan el pasado y el presente. Combinan la sabiduría de ayer con la innovación de hoy, haciendo de esta bebida un verdadero tesoro gastronómico y cultural.
