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La ruta de Jesús: cuatro días de camino de Nazaret a Cafarnaúm

Salvo contadas excepciones, los Evangelios muestran a Jesús recorriendo Galilea a pie. Una ruta de senderismo recorre los lugares que el texto bíblico asegura que Jesús visitó, ofreciendo la oportunidad de conectar con la gente que, aún hoy, vive a lo largo de ese camino –la Jesus Trail: cuatro días de recorrido a través de algunos de los lugares más importantes de la vida Jesús, desde Nazaret a Cafarnaúm.

Maoz Inon y David Landis son los fundadores de este singular camino –un camino que quiere propiciar la hospitalidad y el encuentro en una tierra marcada, hoy como ayer, por profundas diferencias religiosas, políticas, y sociales.

La ruta empieza en la Iglesia de la Anunciación de Nazaret –una ciudad cuya población, mayoritariamente árabe, se divide en un 60% de musulmanes y un 40% de cristianos. Continúa al norte por las ruinas de Tzipori, la «Perla de Galilea», un importante centro administrativo romano de la Antigüedad Tardía que, si bien no es nombrada explícitamente en los evangelios, es reconocida en algunas antiguas tradiciones cristianas como el posible lugar de nacimiento de la María, la madre de Jesús.

Casi 6 kilómetros al oeste de Tzipori, y cruzando Mashhad (el lugar de nacimiento del profeta Jonás, según la Biblia Hebrea), se llega a Caná de Galilea. Según el Evangelio de Juan, aquí tuvo lugar primer milagro de Jesús: la conversión del agua en vino en la boda de unos novios poco previsores.

El segundo día de camino lleva de Caná al Kibbutz Lavi, a unos 15 km de distancia al norte del Monte Tabor –el sitio de la Transfiguración de Jesús y de la batalla entre Barac y el ejército de Jabin, comandado por Sísara.

El tercer día, el trayecto se vuelve un poco más difícil, pero el paisaje bien vale el esfuerzo. Eso debieron pensar los cruzados cuando cruzaron por última vez la zona para ser aplastados por Saladino en la definitiva batalla de los Cuernos de Hattin. Cerca de ese lugar está Nebi Shu’eib, el lugar en el que los drusos (al-Muwahiddün) está enterrado el suegro de Moisés, Jetró (llamado Shu’eib en la tradición drusa), a quien se le profesa especial veneración.

Pocos kilómetros más adelante subiendo una pendiente se llega a los acantilados del Monte Arbel. Desde ellos se ve el Mar de Galilea –uno de los lugares privilegiados de la vida y el ministerio de Jesús, según los evangelios.

Al bajar del Monte Arbel, el camino conduce a Migdal (la bíblica Magdala), la ciudad que la tradición reconoce como el lugar de nacimiento (o de residencia) de María Magdalena. En el parque arqueológico de Migdal, cuyas excavaciones están aún en sus inicios, se encuentran los restos de una excepcional sinagoga en la que la tradición afirma ocurrió uno de los milagros de sanación de Jesús narrados en los evangelios sinópticos –la curación del hombre de la mano seca.

El próximo lugar en la ruta es el Kibutz Ginosar, donde en los 1980s fue recuperada una barca de pescadores del siglo I. Llegando al final del camino, uno tras otro, se suceden los lugares que aparecen una y otra vez en los evangelios: Tabgha, el lugar de la multiplicación de los panes; el Monte de las Bienaventuranzas; y Cafarnaúm, el pueblo de Pedro y su familia, donde Jesús vivió hasta casi el final de su vida pública.

El Camino de Jesús, sin embargo, no se agota aquí. Hay aún muchas otros senderos y desarrollos posibles, tomando los evangelios como base. Por poner solo dos ejemplos, a pocos kilómetros de Cafarnaúm está Betsaida. Según elDe Situ Terra Sanctae de Teodosio,  peregrinos bizantinos que acudían a Betsaida a visitar la ciudad natal de los apóstoles Pedro, Andrés, Felipe, y los hijos del Zebedeo, Juan y Santiago. Si se rodea el lago por el este, se llega al complejo arqueológico de Kursi –la antigua Gerasa, el escenario del exorcismo del endemoniado garaseno narrado en los tres evangelios sinópticos.

Para Inon y Landis esta Ruta de Jesús es sólo el principio. “Creemos firmemente que el turismo y la interacción entre las personas pueden crear un futuro mejor para todos: para quienes vivimos aquí en este momento, y para las personas que vivirán aquí en el futuro. El turismo es la industria más grande del mundo: genera el 10% del PIB mundial. Y si podemos canalizarlo de manera positiva y de tal manera que cree un interés compartido entre las diferentes comunidades y nacionalidades, puede crear un gran impacto positivo”.

Entrada también disponible en: English Italiano

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