La Ruta del Císter es un recorrido cultural que une tres de los monasterios más importantes de Cataluña: Santa María de Poblet, Santes Creus y Santa María de Vallbona. Ubicados en las comarcas del Alt Camp, la Conca de Barberà y el Urgell, estos monasterios forman un triángulo monástico que representa el legado de la orden cisterciense en la región.
La ruta no solo ofrece una experiencia espiritual y patrimonial, sino también una conexión con la naturaleza y la historia de Cataluña.
El Císter en Cataluña: Un movimiento de renovación espiritual y cultural
La Orden del Císter surgió en Francia en el siglo XI como una reforma dentro del monacato benedictino, promoviendo la austeridad, el trabajo manual y la vida de oración. Desde su fundación, la orden se expandió rápidamente por Europa y llegó a la Corona de Aragón en el siglo XII, cuando el conde Ramon Berenguer IV favoreció su establecimiento en el territorio.
El Císter desempeñó un papel fundamental en la repoblación de tierras conquistadas a los musulmanes y en el desarrollo de la agricultura y la economía local. Sus monasterios no solo fueron centros religiosos, sino también motores de desarrollo cultural y económico.
La arquitectura cisterciense, caracterizada por su sobriedad y funcionalidad, dejó una huella profunda en Cataluña, donde los tres monasterios principales de la Ruta del Císter se convirtieron en referentes de esta tradición monástica.
Historia de la Ruta del Císter
La Ruta del Císter nació en 1989 como una iniciativa de los Consejos Comarcales del Alt Camp, la Conca de Barberà y el Urgell. Su objetivo era fomentar el turismo y el desarrollo económico de estas regiones a través de la revalorización de su patrimonio cisterciense.
Desde entonces, la ruta se ha consolidado como un itinerario de referencia para senderistas, viajeros culturales y personas interesadas en la espiritualidad.
Los Tres Monasterios de la Ruta del Císter
Santa María de Poblet: El Gran Monasterio del Císter en Cataluña
El Monasterio de Santa María de Poblet, fundado en 1150 por orden de Ramon Berenguer IV, es el más imponente de la ruta. Fue declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO en 1991 debido a su importancia arquitectónica e histórica. Poblet destaca por ser el panteón real de la Corona de Aragón, donde descansan monarcas como Pedro IV el Ceremonioso, Alfonso el Magnánimo y Juan I. Su iglesia abacial, con su nave gótica, el claustro románico y su impresionante muralla, conforman un conjunto arquitectónico de gran belleza.
A diferencia de otros monasterios de la ruta, Poblet sigue siendo un monasterio vivo, habitado por una comunidad de monjes cistercienses que mantienen su tradición de oración y trabajo. Este hecho lo convierte en un lugar de especial autenticidad y espiritualidad.
Santes Creus: El Monasterio monumental
El Monasterio de Santes Creus, fundado en 1168, es el más monumental de los tres. A diferencia de Poblet, no está habitado por monjes desde 1835, lo que permite su visita completa. Su iglesia alberga el panteón real de Pedro III el Grande y Jaime II de Aragón, cuyas tumbas, aún intactas, son uno de los mayores atractivos del monasterio.
El claustro gótico, la sala capitular y el refectorio permiten conocer la vida cotidiana de los monjes cistercienses. La ubicación del monasterio, rodeado de bosques y viñedos, ofrece un entorno perfecto para la contemplación y el descanso.
Santa María de Vallbona: El legado femenino
El Monasterio de Santa María de Vallbona, fundado en el siglo XII, es el único de la ruta que ha sido exclusivamente femenino desde su origen. Su comunidad de monjas cistercienses ha mantenido viva la tradición monástica durante más de ocho siglos, lo que convierte a Vallbona en un testimonio excepcional de la espiritualidad cisterciense en Cataluña.
El monasterio destaca por su iglesia de cúpula octogonal, una rareza en la arquitectura cisterciense, y por ser el lugar de descanso de Violante de Hungría, esposa de Jaime I. Su ambiente sereno y la posibilidad de hospedarse en el monasterio lo convierten en un destino ideal para quienes buscan un retiro espiritual.
Descripción de las Etapas de la Ruta del Císter
El recorrido oficial de la Ruta del Císter sigue el GR-175, un sendero circular de aproximadamente 105 kilómetros que une los tres monasterios. Se puede realizar en varias etapas, siendo la división más habitual la siguiente:
- Santa María de Poblet – Vallbona de les Monges (26,1 km)
El itinerario comienza en Poblet y recorre campos de viñedos y cultivos hasta el monasterio de Vallbona de les Monges.
- Vallbona de les Monges – Rocallaura (12,2 km)
Un tramo corto pero panorámico, ideal para disfrutar del paisaje rural del Urgell.
- Rocallaura – El Pont d’Armentera (34,1 km)
La etapa más larga de la ruta atraviesa diversos pueblos y permite disfrutar de la tranquilidad del entorno.
- El Pont d’Armentera – Santes Creus (10,4 km)
Un recorrido breve que culmina en el majestuoso Monasterio de Santes Creus.
- Santes Creus – Santa María de Poblet (22,2 km)
El tramo final cierra el circuito, llevando al viajero de regreso al punto de partida en Poblet.
El mejor momento para realizar la ruta
La primavera y el otoño son las estaciones más recomendadas para recorrer la Ruta del Císter, ya que las temperaturas son suaves y los paisajes muestran su mayor esplendor. Durante el verano, el calor puede ser intenso, por lo que se recomienda caminar temprano en la mañana.
En invierno, aunque las temperaturas son más frías, la tranquilidad y la atmósfera mística de los monasterios pueden hacer que la experiencia sea aún más especial.
Información Práctica y Consejos
- El sendero GR-175 está bien señalizado con las marcas blancas y rojas típicas de los caminos de gran recorrido, lo que facilita la orientación.
- A lo largo del trayecto existen múltiples opciones de alojamiento, desde hoteles rurales y casas de turismo hasta albergues y hospedajes en los propios monasterios.
- También se pueden encontrar restaurantes donde degustar la gastronomía local, como la coca de recapte, embutidos artesanales y vinos de la Denominación de Origen Conca de Barberà.
Aunque el recorrido no presenta grandes desniveles, algunas etapas pueden ser largas, por lo que es recomendable contar con un buen estado físico, llevar calzado adecuado y asegurarse de disponer de agua suficiente, especialmente en los meses más cálidos.
La Ruta del Císter es una experiencia única que permite sumergirse en la historia, la cultura y la espiritualidad de Cataluña. Recorrerla es mucho más que un viaje turístico: es una oportunidad para conectar con el pasado medieval, disfrutar de la naturaleza y descubrir el legado de una de las órdenes monásticas más influyentes de la Edad Media.