El viaje de José y María desde Nazaret a Belén es uno de los episodios más significativos de la tradición cristiana. Aunque los Evangelios ofrecen pocos detalles sobre la ruta tomada, los datos históricos y geográficos permiten proponer teorías fundadas.
Las rutas disponibles presentaban ventajas y desventajas, pero todo apunta a que José y María, siendo una familia humilde y piadosa, habrían optado por evitar tanto los riesgos debidos a sus creencias religiosas como los peligros físicos.
Las rutas disponibles
En la época, existían dos opciones principales para viajar de Nazaret a Belén. La primera era el camino directo por Samaria (aproximadamente 112 km). Esta era la ruta más corta. Cruzaba el valle de Jezreel y seguía la cresta montañosa hacia Jerusalén, atravesando el corazón de Samaria.
Pero aunque parecería una opción lógica por su menor distancia, en aquel momento representaba riesgos significativos para una familia judía observante como la de José y María. Samaria era una región habitada por samaritanos, un grupo étnico y religioso con el que los judíos mantenían una relación conflictiva.
La razón es que este camino pasaba cerca de Siquem (la actual Nablus), entre los montes Ebal y Gerizim, donde los samaritanos habían construido un templo rival al de Jerusalén. Las tensiones entre judíos y samaritanos hacían improbable que viajeros judíos encontraran hospitalidad o seguridad en esta ruta, especialmente en una situación tan vulnerable como la de María, avanzada en su embarazo.
La segunda opción era el camino por el valle del Jordán (145 km). Esta ruta requería descender al valle del Jordán por el valle de Harod, siguiendo el río hacia el sur hasta Jericó y luego subiendo hacia Jerusalén y Belén. Aunque era más largo y el ascenso final desde Jericó era empinado y físicamente exigente, este camino evitaba Samaria y transcurría principalmente por territorio judío.
Esta ruta ofrecía mayor seguridad, la posibilidad de encontrar alojamiento y provisiones en comunidades afines, y acceso constante al agua del río Jordán, algo crucial en un viaje prolongado.
¿Por qué no la Via Maris?
Otra ruta potencial, pero poco probable, era la Vía Maris, que bordeaba la costa del Mediterráneo. Aunque era una calzada romana bien estructurada, presentaba varios inconvenientes para una familia judía.
En primer lugar, cruzaba regiones helenizadas y predominantemente gentiles, lo que dificultaba encontrar comida kosher y alojamiento adecuado. Además, como ruta comercial, solía requerir el pago de peajes y cuotas, algo que una familia humilde podría no haber podido costear. Por estas razones, es improbable que José y María hayan optado por esta vía.
¿Cómo habrían viajado José y María?
Es altamente probable que José y María optaran por la ruta del valle del Jordán. Aunque el relato bíblico no menciona explícitamente detalles del viaje, esta opción era común entre los judíos de la época que querían evitar Samaria. Además, las tradiciones indican que el viaje habría sido realizado en grupo, probablemente junto a otras familias o caravanas que también viajaban para cumplir con el censo ordenado por el emperador Augusto.
Contrario a la imagen popular de José y María viajando solos, es casi inconcebible que María, en avanzado estado de embarazo, realizara este trayecto sin la compañía de otras mujeres que pudieran asistirla en caso de necesidad. Estas compañeras, aunque no mencionadas en el texto, habrían sido un apoyo crucial durante el viaje.
Detalles del hipotético recorrido
- Primeros días: De Nazaret al valle del Jordán
El viaje comenzaría en Nazaret, descendiendo hacia el valle del Jordán a través del valle de Harod. Tras pasar por la región del Mar de Galilea, cruzarían al otro lado del río Jordán, entrando en la región de Perea, evitando así territorio samaritano.
- En el valle del Jordán
Siguiendo el curso del río hacia el sur, la Sagrada Familia habría pasado por ciudades como Pella, un importante centro en la Decápolis, donde habrían encontrado provisiones y descanso. Este tramo era relativamente llano, aunque las lluvias invernales y el terreno fangoso habrían dificultado el avance en algunos puntos.
- El ascenso final: De Jericó a Belén
Tras varios días de viaje, llegarían a Jericó, situada a unos 276 metros bajo el nivel del mar. Desde allí, comenzaría el tramo más arduo: un ascenso de casi 1,000 metros hacia Jerusalén y Belén. Esta subida, conocida por ser empinada y peligrosa, requería fortaleza física y determinación. Durante este tramo, era común que los peregrinos recitaran los «Cantos del Ascenso» (Shir ha-Ma’alot, Salmos 120-134) para buscar fortaleza espiritual.
Un viaje lleno de significado
El trayecto de Nazaret a Belén, que pudo tomar alrededor de una semana, supondría mucho más que un viaje físico; era un preludio espiritual del nacimiento de Jesús. La elección de la ruta del Jordán refleja la identidad religiosa de José y María, evitando caminos paganos y potencialmente hostiles en favor de uno que, aunque más largo y azaroso, era más consistente con sus características espirituales y comunitarias.
Así, el viaje de José y María no solo nos habla de los desafíos de la época, sino también de la fe, la resiliencia y la profunda conexión con las tradiciones de su pueblo. Un camino que, como su destino, marcó el inicio de una historia que transformaría al mundo.
The Jesus Trail: four days on the way from Nazareth to Capernaum