Se acerca el Año Jubilar de 2025 y Roma se prepara para acoger a millones de peregrinos de todo el mundo. Aunque esta ocasión es para algunos una oportunidad única en la vida, las multitudes harán que abrirse camino por Roma sea casi imposible. Así que, si estás planeando una peregrinación el año que viene, he aquí cómo aprovechar al máximo tu visita sin perder la tranquilidad.
1. Plantéate alojarte en una ciudad cercana
Roma estará abarrotada, y encontrar alojamiento puede parecer imposible o requerir reservas a precios desorbitados. Pero no te desesperes. Hay muchas ciudades con encanto y pueblos más pequeños cerca de Roma que ofrecen una fácil escapada del caos.
Plantéate la posibilidad de alojarte en ciudades como Tívoli, Frascati o incluso Orte. Desde estos lugares se puede coger fácilmente un tren y estar en el corazón de Roma en menos de una hora. De este modo, podrás disfrutar de un apacible retiro al final del día sin dejar de experimentar la riqueza espiritual de la Ciudad Eterna.
2. Evita (si puedes) el calor del verano romano
Los veranos en Roma, especialmente el ferragosto, no son ninguna broma. El calor, combinado con las multitudes, puede hacer que hasta el más santo de los peregrinos se pregunte si no se ha metido por error en el mismo infierno.
Si es posible, evita viajar entre junio y agosto. La opción idean es planificar tu viaje para los meses más frescos de primavera u otoño. Septiembre y octubre, por ejemplo, ofrecen temperaturas agradables para dar largos paseos entre basílicas. Si no tienes más remedio que viajar en verano, aprovecha las primeras horas de la mañana y las últimas de la tarde para evitar lo peor del calor.
3. Lo que no te puedes perder en Roma
Independientemente de cuándo vayas a Roma, hay algunas cosas que todo peregrino debe experimentar:
Basílica de San Pedro: Ya sea para asistir a una audiencia general con el Papa o simplemente para admirar su majestuosidad, la visita a San Pedro es obligada. Intenta llegar temprano para evitar las aglomeraciones del mediodía o, mejor aún, asistir a una misa matutina.
La Escalera Santa (Scala Sancta): Según la tradición, estos 28 escalones fueron subidos por Jesús durante su Pasión, y fueron traídos desde Jerusalén por los Cruzados. Situada cerca de la Basílica de San Juan de Letrán, la escalera es una visita obligada para los peregrinos, especialmente para aquellos que buscan momentos de reflexión y oración.
Cocina romana: Entre rezos y visitas turísticas, no olvides comer bien. Prueba un plato de pasta carbonara o cacio e pepe en una trattoria local o toma un trozo de pizza blanca, sencilla pero deliciosa. Y, si te gustan los sabores fuertes, no te pierdas la «trippa alla romana» con un buen rallado de queso pecorino o la «coda alla vaccinara». Todos ellos suculentos platos tradicionales que deben acompañarse con un vino de la casa.
Y ningún viaje a Roma está completo sin el clásico «tiramisù», un postre de cuchara relleno de nata, café y trocitos de chocolate, o la clásica tarta casera, rellena de guindas o albaricoque. También merece la pena probar los helados: para las cremas, prueba sabores clásicos como el pistacchio di Bronte, o el chocolate negro, y para los sabores de fruta, déjate tentar por combinaciones más aventureras como el higo y la miel, fresas silvestres y chocolate, sandía, peras y chocolate…
4. Planifica el Jubileo con antelación
El Jubileo de 2025 incluirá misas especiales, actos públicos y, por supuesto, la oportunidad de atravesar la Puerta Santa de la Basílica de San Pedro. Muchos peregrinos querrán hacerlo, así que planifica tu visita con antelación. Estate atento a los horarios oficiales e intenta inscribirte en los actos con antelación para asegurar tu plaza.
Por último, ten paciencia. Roma será un torbellino de actividad, pero al igual que lo fue para los cientos de miles de peregrinos durante siglos antes que tu, recuerda que la paciencia y la paz forman parte del viaje. Y cuando todo resulte demasiado abrumador, regresa a tu apacible refugio fuera de la Urbe para reponer fuerzas para otro día en esta bendita y vibrante ciudad. Por ejemplo, puedes plantearte hacer la peregrinación de las Siete Iglesias. Véase más abajo: