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Los que hay que saber del Jubileo 2025

El año 2025 será un año jubilar para los católicos de todo el mundo. Un año en el que las peregrinaciones a los lugares sagrados para los católicos adquirirán una gran importancia. En el panorama de las celebraciones espirituales mundiales, el Jubileo, que se celebra cada 25 años, representa un acontecimiento de excepcional importancia para los fieles católicos de todo el mundo.

El Papa Francisco, con la bula de convocatoria, Spes non confundit (La esperanza no defrauda), el pasado mes de mayo, proclamó el Jubileo de 2025, que será el 27º entre los ordinarios de la historia de la Iglesia católica y el segundo del pontificado. Y si el primer jubileo del actual pontífice había consagrado 2015 como año santo de la misericordia, el Jubileo de 2025 estará dedicado a la esperanza.

Calendario del Jubileo 2025

El Papa Francisco ha fijado un calendario preciso para la apertura de las Puertas Santas durante el Año Santo, marcando las siguientes fechas destacadas:

  • 24 de diciembre de 2024: Se abre el telón del Jubileo con la apertura de la Puerta Santa de la Basílica de San Pedro en el Vaticano.
  • 29 de diciembre de 2024: es el turno de San Juan de Letrán, la catedral de Roma, que abre sus puertas santas. Una fecha especialmente significativa, ya que la basílica celebra el 1700 aniversario de su dedicación.
  • 1 de enero de 2025: Al comienzo del nuevo año, se abre la Puerta Santa de Santa María la Mayor, dedicada a la Virgen María.
  • 5 de enero de 2025: La primera semana de inauguraciones concluye con San Pablo Extramuros.
  • 28 de diciembre de 2025: Se cierran las Puertas Santas de las basílicas romanas, marcando el final del Jubileo en las iglesias particulares.
  • 6 de enero de 2026: El Jubileo Ordinario concluye con el cierre de la Puerta Santa de San Pedro en la Epifanía del Señor.

Aunque las aperturas más solemnes se concentran tradicionalmente en Roma, el Jubileo implicará a todas las diócesis del mundo. El 29 de diciembre de 2024, cada obispo celebrará la apertura del Año Santo en su propia catedral, invitando a los fieles a una peregrinación espiritual y a un viaje de renovación interior.

Un viaje al pasado

El primer Jubileo de la historia fue proclamado el 22 de febrero de 1300 por el Papa Bonifacio VIII. Con la bula Antiquorum habet fida relatio, el pontífice instituyó este particular Año Santo, inspirándose en una antigua tradición judía del año jubilar y en la leyenda de la indulgencia de los 100 años.

Jubileo en Roma
Peregrinos en Roma durante el Jubileo de 1300, códice de la época

¿Por qué el 1300? La elección del año 1300 no fue casual. Era una época de gran efervescencia religiosa y cultural en Europa. Roma, en particular, era un centro de peregrinaciones y devoción popular. Bonifacio VIII, con esta iniciativa, pretendía reforzar el prestigio de la Iglesia y promover la fe entre los fieles.

Las motivaciones de Bonifacio VIII fueron

  • Reavivamiento espiritual: El Pontífice quería ofrecer a los fieles la oportunidad de renovar su fe y obtener el perdón de los pecados.
  • Fortalecimiento del poder papal: El Jubileo contribuyó a aumentar el prestigio de la Iglesia de Roma y a reforzar la autoridad del Papa.
  • Incentivo a las peregrinaciones: La afluencia de peregrinos a Roma reportó importantes beneficios económicos a la ciudad y a la Iglesia.

El Jubileo de 1300 fue un acontecimiento histórico sin precedentes que marcó el inicio de una larga tradición. Desde entonces, el Jubileo se celebra cada 25 años y se ha convertido en un acontecimiento clave para la Iglesia católica y un momento de gran espiritualidad para millones de fieles.

El corazón del Jubileo es la indulgencia plenaria, un acto de misericordia divina que ofrece la remisión completa de los pecados y de las penas temporales. Para obtener esta gracia, los fieles deben peregrinar físicamente a las Basílicas Papales, participar en el Sacramento de la Penitencia y realizar actos de caridad y esperanza. Este acto no sólo simboliza el perdón de Dios, sino que también invita a los creyentes a vivir una vida más santa y caritativa.

La peregrinación, parte integral del Jubileo

La peregrinación durante el Jubileo no es sólo un viaje físico, sino una profunda experiencia de conversión espiritual. Es un recordatorio de la tradición bíblica de Abraham, el patriarca que dejó su tierra para responder a la llamada de Dios, y del propio Jesús, que cumplió su ministerio atravesando tierras y corazones.

Prepararse para la peregrinación implica algo más que elegir un itinerario. Es una oportunidad para partir no sólo hacia las basílicas papales, sino hacia un encuentro personal con la espiritualidad y la historia cristianas. Cada etapa del viaje, cada momento de oración y reflexión, lleva a los peregrinos a profundizar en su fe y a reforzar su conexión con Dios.

Durante el Jubileo, diócesis y parroquias de todo el mundo se unen para organizar peregrinaciones diocesanas y nacionales. Estos eventos no sólo facilitan el viaje físico de los fieles, sino que también ofrecen una oportunidad para la formación espiritual y comunitaria. Los voluntarios desempeñan un papel crucial en la acogida y asistencia a los peregrinos, garantizando que cada visitante pueda vivir plenamente el Jubileo.

Las Basílicas Papales: Tesoros de la fe y de la historia

Las cuatro basílicas papales de Roma no son sólo lugares de culto, sino verdaderos tesoros de arte e historia. Cada basílica representa un viaje en el tiempo, un testimonio de la fe y la cultura que han dado forma al cristianismo y a la humanidad.

San Pedro en el Vaticano: La Basílica de San Pedro, con su imponente cúpula diseñada por Miguel Ángel, es el corazón de la Iglesia católica. Construida sobre la sepultura del apóstol Pedro, esta basílica es una obra maestra del Renacimiento, con obras de arte de incalculable valor como la Piedad de Miguel Ángel y el altar mayor rematado por el baldaquino de Bernini .

La basílica fue consagrada en 1626 y es el centro espiritual de la cristiandad, así como el lugar de las grandes celebraciones papales.

St Peter’s Basilica

San Juan de Letrán: Conocida como la «madre y cabeza de todas las iglesias del mundo», la basílica de San Juan de Letrán es la catedral de Roma y del Papa.

Fundada por el emperador Constantino en el siglo IV, fue la primera basílica cristiana construida y ha sufrido muchas transformaciones a lo largo de los siglos. El interior es un triunfo del arte barroco, con espléndidos frescos, estatuas y el claustro medieval. Su fachada, diseñada por Alessandro Galilei, es un ejemplo de arquitectura neoclásica.

Archbasilica of Saint John Lateran

Santa Maria Maggiore: Dedicada a la Virgen María, esta basílica es una de las cuatro principales iglesias patriarcales de Roma. Fundada en el siglo V, es famosa por sus mosaicos bizantinos que decoran el arco principal y la nave, y que representan escenas de la vida de María y Cristo.

La basílica también alberga la Capilla Sixtina, conocida como la » Capilla del Pesebre» (no confundir con la Capilla Sixtina Vaticana) y la Capilla Paulina, ambas ricas en obras de arte e historia.

Basilica of Saint Mary Major

San Pablo Extramuros: Construida en el lugar del martirio del apóstol Pablo, esta basílica ha sido un importante lugar de peregrinación desde la antigüedad. Destruida por un incendio en 1823, fue completamente reconstruida, conservando la estructura original paleocristiana. El interior presenta una imponente nave rodeada de columnas monolíticas y decorada con medallones que representan a todos los papas desde la fundación de la Iglesia.

Basilica of Saint Paul Outside the Walls

 

Imagen de Fábio Gamallo en Pixabay

Entrada también disponible en: English Italiano

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