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La Ruta Romana de las “Casas de Vida” y el invento del “Morbo de K”

El río Tíber en Roma, con la Isla Tiberina a la izquierda y el Ponte Fabrizio (Pons Fabricius) en el centro. La cúpula de la derecha es la principal sinagoga de Roma. Por Nicholas Hartmann - Obra propia, CC BY-SA 4.0
El río Tíber en Roma, con la Isla Tiberina a la izquierda y el Ponte Fabrizio (Pons Fabricius) en el centro. La cúpula de la derecha es la principal sinagoga de Roma. Por Nicholas Hartmann - Obra propia, CC BY-SA 4.0

Las numerosas capas históricas de Roma son una fuente inagotable de sorpresas, revelando historias únicas y un legado incomparable de humanidad. Una de estas historias salió a la luz gracias a la iniciativa “Casas de Vida” de la Fundación Internacional Raoul Wallenberg. Este proyecto identifica lugares en la Ciudad Eterna, como monasterios, iglesias, residencias privadas y hospitales, que sirvieron de refugio secreto para judíos durante la ocupación nazi en la Segunda Guerra Mundial.

Uno de estos lugares, el Hospital Fatebenefratelli, ubicado en la Isla Tiberina, alberga una historia extraordinaria de resistencia e ingenio: La invención de una enfermedad ficticia, el Morbo de K, un engaño que salvó innumerables vidas.

Roma ocupada y la deportación del gueto judío

Tras el armisticio entre Italia y los Aliados, el 8 de septiembre de 1943, las fuerzas alemanas tomaron el control del centro y el norte del país. Roma y su área circundante cayó bajo la ocupación nazi, convirtiéndose en una ciudad dominada por el miedo. La comunidad judía, ya muy afectada por años de leyes antisemitas, tuvo que enfrentarse entonces a una violencia aún mayor.

En la mañana del 16 de octubre de 1943, las SS lanzaron una redada masiva en el gueto judío. Más de 1.200 personas, incluidas familias enteras con niños pequeños, fueron sacadas a la fuerza de sus casas y deportadas a campos de concentración, principalmente a Auschwitz. Solo 16 personas volvieron con vida después de la guerra. Frente a esta brutalidad sistemática, hubo ciudadanos que decidieron desafiar a los nazis, arriesgando sus vidas para proteger a los perseguidos.

El Hospital Fatebenefratelli: un inesperado refugio

Situado en la Isla Tiberina, en pleno corazón de Roma, el Hospital Fatebenefratelli ocupaba una ubicación estratégica, aunque algo apartada. Fundado en 1585, este hospital católico había sido tradicionalmente un refugio para los más vulnerables, enfermos de peste e incurables. Durante la ocupación nazi, su papel adquirió un matiz mucho más arriesgado y heroico.

El médico jefe del hospital, Giovanni Borromeo, junto con sus colegas Adriano Ossicini y Vittorio Sacerdoti, transformaron el hospital en un refugio clandestino para judíos y disidentes políticos. Las habitaciones de los pacientes y los pasillos del hospital se usaron como escondites. Sin embargo, a medida que las patrullas nazis recorrían la ciudad, fue necesario un engaño más elaborado para garantizar la seguridad de los refugiados.

Hospital Fatebenefratelli en la Isla Tiberina

La invención del «Morbo de K»: una enfermedad mortal… que nunca existió

Para evitar las inspecciones nazis, el personal del hospital inventó una enfermedad ficticia: el Morbo de K, o Enfermedad K. Presentada como una afección altamente contagiosa y mortal, esta ingeniosa invención jugó con el miedo y la ignorancia de los soldados nazis. La “K” en el nombre era una burla intencionada hacia los oficiales nazis Albert Kesselring y Herbert Kappler, figuras clave de la ocupación alemana de Roma.

Cuando los soldados de las SS acudían al hospital para realizar inspecciones, los médicos les advertían sobre la alta contagiosidad de la enfermedad, que supuestamente se transmitía por el aire. Aterrorizados ante la posibilidad de contagiarse, los soldados se marchaban rápidamente, sin llegar a acercarse lo suficiente como para descubrir a los refugiados ocultos o los historiales médicos falsificados.

Este astuto engaño, llevado a cabo con gran valentía, proporcionó una vía de salvación a decenas de judíos que huían de la persecución.

Los héroes detrás de la operación

El éxito de la estrategia del Morbo de K fue posible gracias al coraje y la creatividad de tres personas extraordinarias:

  • Giovanni Borromeo: Médico jefe del hospital y católico, que arriesgó su vida para proteger a los pacientes judíos. En 2004, fue reconocido póstumamente como Justo entre las Naciones por Yad Vashem, el memorial del Holocausto en Jerusalén.
  • Adriano Ossicini: Un joven médico antifascista que más tarde se convirtió en psiquiatra y senador. Ossicini recordó aquellos días de enorme tensión y solidaridad como momentos que marcaron su vida.
  • Vittorio Sacerdoti: Un médico judío que logró escapar de la persecución y participó activamente en la implementación del plan del Morbo de K.

Impulsados por la justicia y la compasión, estos héroes desafiaron las divisiones religiosas e ideológicas para enfrentarse a la opresión.

Un testimonio de solidaridad humana

ceremonia casa de vida
Ceremonia de entrega del título «Casa de la Vida» al Hospital Fatebenefratelli por parte de la Fundación Wallemberg. ©SilviaCostantini

La historia del Morbo de K fue más que una estratagema; simbolizó la valentía y creatividad de personas comunes en circunstancias extraordinarias. En medio del odio y la violencia, médicos de distintas creencias religiosas y políticas trabajaron juntos para proteger vidas judías, demostrando que la solidaridad puede florecer incluso en los momentos más oscuros.

Esta historia recuerda la famosa reflexión del poeta John Donne: “Ningún hombre es una isla, completo en sí mismo.” El Hospital Fatebenefratelli se convirtió en más que un refugio físico: encarnó el ideal de una “Casa de Vida”, donde todos eran protegidos y acogidos.

Reconocimiento y legado

En 2016, la Fundación Internacional Raoul Wallenberg reconoció oficialmente al Hospital Fatebenefratelli como una “Casa de Vida”. Este título honorífico se otorga a lugares que ofrecieron refugio a personas perseguidas durante el Holocausto.

La historia del Morbo de K sigue siendo un poderoso recordatorio de que la fraternidad humana puede superar el miedo y la división. En el laberinto histórico de Roma, el hospital de la Isla Tiberina permanece como un monumento al coraje y la compasión de quienes se negaron a ser simples espectadores. Nos invita a reflexionar sobre el impacto duradero de la solidaridad frente a la opresión.

Entrada también disponible en: English Italiano

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