El Camino de Levante-Sureste es una de las rutas históricas de peregrinación a Santiago de Compostela, que atraviesa la Península Ibérica de este a oeste, comenzando en Valencia, Alicante y Murcia, uniéndose a las tres rutas en Chinchilla de Monte-Aragón (Albacete), pasando después por Toledo, Ávila, Zamora y Orense por el Camino Sanabrés; y por Valladolid hasta Astorga para unirse al Camino Francés. Esta senda jacobea de aproximadamente 1.200 kilómetros ha sido seguida durante siglos por peregrinos procedentes del Mediterráneo.
La peculiaridad de este camino reside en su trazado por el centro peninsular, permitiendo al peregrino conocer la diversidad paisajística y cultural de la España interior. Concretamente, a su paso por la provincia de Ávila (5 etapas, 168 km), conecta con el legado de dos extraordinarias figuras femeninas de talla universal: Teresa de Jesús e Isabel la Católica.
El Camino de Santiago en su variante del Camino de Levante-Sureste penetra en la provincia de Ávila por un lugar cargado de significado histórico: Los Toros de Guisando, unas figuras zoomórficas esculpidas en piedra, supuestamente en la Edad de Hierro, de las que se desconoce casi todo.
Este enclave, situado en el término municipal de El Tiemblo, fue testigo de uno de los acontecimientos más trascendentales para la historia de España: el pacto firmado el 19 de septiembre de 1468 entre Enrique IV y su hermanastra Isabel, por el cual esta fue reconocida como legítima heredera al trono de Castilla. Los peregrinos que inician aquí su recorrido por tierras abulenses pueden contemplar los célebres verracos de piedra que dan nombre al lugar y que fueron testigos mudos de aquel histórico acontecimiento.
Desde los Toros de Guisando, la ruta se desdobla entre el itinerario principal, que transcurre por Cebreros y San Bartolomé de Pinares, y una alternativa (preferentemente para ciclistas) por las localidades de El Tiemblo y El Barraco. Ambas opciones confluyen al llegar a Ávila, el hogar de una de las maestras de espiritualidad más influyentes de todos los tiempos.
Ávila, la ciudad de Santa Teresa
La ciudad de Ávila, punto crucial en el Camino, es también el punto de partida de la Ruta Teresiana, el Camino que recorre los lugares relacionados con Teresa de Jesús, la gran maestra de la mística cristiana. Desde la Basílica hasta el Convento de la Encarnación, donde la santa vivió gran parte de su vida religiosa, y el Convento de San José, su primera fundación. El trazado urbano del Camino pasa junto a estos lugares, permitiendo al peregrino combinar la ruta jacobea con la experiencia teresiana.
Al salir de la ciudad amurallada hacia Gotarrendura, el Camino atraviesa la meseta abulense por paisajes que Teresa recorrió innumerables veces. Las vistas de la muralla de Ávila que se obtienen desde este tramo son similares a las que contempló la santa en sus viajes.
El tramo del Camino de Santiago que une la ciudad de Ávila con Gotarrendura, coincide con parte de la Ruta Teresiana. Este recorrido permite al peregrino adentrarse en los paisajes que Santa Teresa frecuentó durante su vida. La santa realizó numerosos viajes entre ambas poblaciones, pues en Gotarrendura su familia poseía tierras y el famoso Palomar que aún se conserva.
La huella de Isabel la Católica
El siguiente hito del Camino de Santiago en Ávila es Arévalo. Esta noble villa castellana, donde Isabel la Católica vivió parte de su infancia y adolescencia, conserva importantes vestigios de la época. Los peregrinos, al recorrer sus calles empedradas, transitan por los mismos espacios donde la futura reina forjó su carácter y educación.
El Castillo de Arévalo, que domina la confluencia de los ríos Adaja y Arevalillo, fue residencia habitual de la joven Isabel, y que merece la pena visitarse. Su imponente silueta sigue presidiendo el paisaje que contemplan los peregrinos.
La plaza de la Villa, centro neurálgico de Arévalo en tiempos de Isabel, mantiene su estructura medieval y permite al caminante imaginar el bullicio de aquella época. Las iglesias de San Martín y Santa María la Mayor, que la futura reina frecuentaba en su juventud, permanecen como testimonio de su religiosidad y son parada obligada en el Camino.
Desde Arévalo, el Camino sale de tierras abulenses por Palacios de Goda hacia otra ciudad clave en la vida de la reina española: Medina del Campo, el lugar de su fallecimiento en 1504.
Un Camino cargado de historia
El Camino de Santiago por Ávila ofrece a los peregrinos una vía hacia Compostela, y también abre una puerta a la vida de dos mujeres extraordinarias que dejaron huellas imborrables en la historia de España. Desde Los Toros de Guisando, donde se selló el destino de Isabel como reina, hasta los caminos que recorrió Santa Teresa en su obra fundacional, la ruta jacobea se entrelaza aquí con los legados de estas dos figuras icónicas.
Los peregrinos de hoy siguen estos caminos no sólo hacia Santiago, sino también en un viaje en el tiempo, conectando con las vidas y el legado de estas mujeres notables. Cada paso por Arévalo recuerda el espíritu de la joven Isabel, mientras que el camino de Gotarrendura revive los pasos de Teresa de Jesús por esta misma tierra.
La experiencia se enriquece con el patrimonio artístico y monumental dejado por estas figuras, haciendo del Camino de Santiago por Ávila un viaje donde los objetivos espirituales de los peregrinos medievales se encuentran con la curiosidad histórica y cultural del viajero actual.