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La tradición cristiana del vino en Jordania

Jordania, país conocido sobre todo por sus extraordinarios yacimientos arqueológicos, posee también una antigua tradición vinícola enraizada en la historia y la cultura cristianas de la región.

Esta herencia vinícola, que se remonta a más de 2.000 años, resurge ahora gracias a los esfuerzos de unas pocas familias cristianas que cultivan vides en las fértiles tierras del Reino Hachemí.

Raíces históricas de la viticultura jordana

Escena vinícola. Iglesia de los Santos Lot y Procopio Kirbat al Mukhayya (Monte Nebo, Jordania)

La viticultura en Jordania es más antigua de lo que se cree, con orígenes que se remontan a las épocas nabatea y romana. Petra era una importante encrucijada para las caravanas comerciales, y el vino era una valiosa mercancía que viajaba a lo largo de estas rutas comerciales.

Con la llegada del Imperio Romano y, más tarde, de la época bizantina, la producción de vino alcanzó su apogeo. De hecho, las excavaciones arqueológicas en la zona de Petra han desenterrado más de 80 lagares utilizados por el pueblo nabateo para la producción de vino, lo que demuestra que el vino formaba parte integral de la vida cotidiana.

Además, se dice que el vino que bebieron Jesucristo y los apóstoles en la Última Cena procedía de Umm Qais, en el actual norte de Jordania.

Con la conquista islámica en el siglo VII, la viticultura en Jordania sufrió un drástico declive. Como en muchas otras regiones de Oriente Próximo, la producción vinícola quedó prácticamente abolida y sólo sobrevivió en unos pocos enclaves cristianos. Sólo en las últimas décadas, gracias a la determinación de algunas familias cristianas, se ha redescubierto y revivido esta tradición.

Las familias cristianas y el renacimiento de la viticultura

Hoy, la producción de vino en Jordania está principalmente en manos de dos familias cristianas: los Haddad y los Zumot. Estas familias han invertido en la recuperación de antiguas tradiciones vitivinícolas cultivando viñedos en las regiones septentrional y central del país, donde las condiciones climáticas y del suelo son especialmente favorables.

Escena vinícola. Iglesia de los Santos Lot y Procopio Kirbat al Mukhayya (Monte Nebo, Jordania)

La familia Haddad, pionera de la viticultura jordana moderna, fundó la bodega Jordan River Winery en la década de 1950. Situada en la meseta de Mountain Height, a unos 840 metros sobre el nivel del mar, la bodega se beneficia de una tierra muy fértil caracterizada por suelos volcánicos ricos en minerales.

La producción de vinos como «Jordan River» y «Mount Nebo» es un homenaje a la riqueza histórica y natural de la región, con uvas de variedades francesas, italianas y españolas.

Por su parte, la familia Zumot inició su proyecto vinícola en 1996, plantando viñedos en la región de Sama, cerca de la ciudad bíblica de Madaba. Su bodega, Saint George Winery, produce una variedad de vinos ecológicos sin utilizar pesticidas ni fertilizantes artificiales.

El vino Saint George, que debe su nombre a la histórica iglesia de San Jorge de Madaba, es un símbolo de la fusión de tradición e innovación.

El suelo jordano: una bendición natural

Las condiciones climáticas del norte de Jordania son excepcionalmente favorables para el cultivo de la vid. Con 330 días de sol al año y un generoso acuífero alimentado por las nieves de Jabal al-Arab en Siria, los viñedos jordanos prosperan en un entorno ideal. Además, los suelos ricos en minerales procedentes de antiguas erupciones volcánicas contribuyen a dar a los vinos jordanos una complejidad y estructura únicas.

Una de las características más interesantes del suelo jordano es la orientación de los viñedos a lo largo del eje este-oeste. Esta particular orientación, a diferencia de la tradicional orientación europea Norte-Sur, permite una mejor aireación de las uvas, reduciendo el riesgo de enfermedades y garantizando una maduración óptima de las uvas.

Un futuro prometedor: Entre el enoturismo y el mercado internacional

Jordan winery
Escena vinícola. Iglesia de los Santos Lot y Procopio Kirbat al Mukhayya (Monte Nebo, Jordania)

Aunque la producción de vino en Jordania es todavía algo modesta, el potencial de crecimiento significativo es evidente. La gran amplitud térmica de la región entre el día y la noche favorece el desarrollo de uvas de gran calidad, aunque en cantidades limitadas.

En la actualidad, sólo se exporta el 10% de la producción vitivinícola jordana, debido sobre todo a los elevados costes de transporte y los altos aranceles.

Para superar estos retos, las familias Haddad y Zumot se están centrando en el enoturismo, abriendo las puertas de sus bodegas a visitantes internacionales y promocionando sus vinos en todo el mundo.

En 2018, los vinos de Jordan River ganaron 96 premios internacionales, mientras que los de Saint George ganaron 23, lo que demuestra el creciente reconocimiento de la calidad de los vinos jordanos.

Retorno de una tradición milenaria

El renacimiento de la producción de vino en Jordania no es sólo un éxito económico, sino también un renacimiento cultural y espiritual. Los vinos producidos por familias cristianas jordanas no son sólo bebidas, sino un vínculo vivo con una tradición que se remonta a los tiempos de Cristo y más allá.

A medida que estos vinos siguen ganando reconocimiento internacional, su historia recuerda al mundo que en el corazón de Oriente Medio, la cultura del vino sigue encontrando terreno fértil para prosperar.

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