«Los lugares santos están hechos de piedra, pero una peregrinación está hecha de personas.» – Anónimo
Cada año, millones de personas cruzan continentes, escalan montañas y navegan mares para llegar a los grandes destinos espirituales del mundo: Lourdes, Fátima, Santiago de Compostela, La Meca, Jerusalén. Pero, ¿qué hay detrás de estas experiencias tan personales y espirituales? Detrás de cada viaje, de cada ruta, existe una compleja industria: una red de operadores, empresas e instituciones que hacen posible que todo funcione.
Esta maquinaria organizativa fue el eje central de la XII edición del International Workshop on Religious Tourism (IWRT), celebrado en Lisboa los días 6 y 7 de marzo de 2024. Lejos de la imagen romántica de la peregrinación individual, este evento puso de manifiesto el lado altamente profesional del turismo religioso: un sector que mueve millones de euros, requiere conocimientos especializados y se adapta constantemente a las necesidades de un público cada vez más diverso.

De la experiencia personal a la industria global
Durante siglos, la peregrinación fue una empresa personal, emprendida a menudo en solitario o en pequeños grupos. Hoy en día, es un fenómeno global. Un viaje a Fátima o a Santiago de Compostela ya no es solo una cuestión de fe, sino también de logística. ¿Quién organiza estos viajes? ¿Quién elige los itinerarios? ¿Quién garantiza que la experiencia sea auténtica, segura y bien gestionada?
La respuesta es clara: una industria altamente especializada. Operadores turísticos, organizaciones religiosas, empresas de alojamiento, compañías de transporte e incluso instituciones gubernamentales colaboran para hacer que la peregrinación sea accesible y organizada. En este contexto, eventos como el IWRT son fundamentales.
El IWRT es un mercado internacional donde se hacen negocios. Aquí, operadores turísticos, representantes de santuarios, empresas de transporte y guías especializados se reúnen para crear paquetes de viaje cada vez más adaptados a las necesidades de los peregrinos.
Purificação Reis, presidenta del consejo de administración de ACISO (Associação Empresarial Ourém-Fátima), lo explicó claramente: «El turismo religioso no es solo cuestión de fe, sino un sector económico con dinámicas de mercado bien definidas. Sin profesionalidad e innovación, no puede crecer.»
Una peregrinación, entre bastidores
¿Qué hace falta para llevar a un peregrino a su destino?
Planificación y Marketing
Los operadores turísticos deben conocer a su público. Un peregrinaje para jóvenes tiene necesidades distintas a un viaje para personas mayores. Los paquetes turísticos deben combinar espiritualidad, comodidad y, a menudo, experiencias culturales y gastronómicas.
Infraestructura y Logística
¿Cómo se gestiona la llegada de miles de personas a un santuario pequeño? Fátima recibe millones de visitantes cada año, lo que exige una organización logística impecable. Hoteles, transporte, accesibilidad… todo debe funcionar a la perfección.

Innovación y Tecnología
Desde la realidad virtual hasta las aplicaciones para peregrinos, la tecnología está transformando el turismo religioso. Algunos santuarios ofrecen visitas digitales inmersivas, permitiendo a los fieles explorar los lugares santos incluso a distancia.
Sostenibilidad y Turismo Responsable
El turismo religioso tiene un impacto en las comunidades locales y en el medio ambiente. En lugares como Lourdes y Santiago, se están implementando prácticas más sostenibles para reducir la huella ecológica del turismo masivo.
El futuro del turismo religioso
En el IWRT también se debatió sobre cómo está evolucionando el turismo religioso. Más allá de las peregrinaciones tradicionales, están surgiendo nuevas formas de experiencias espirituales.
- “Turismo del alma”: Cada vez más personas buscan experiencias de espiritualidad sin estar ligadas a una religión concreta. Los retiros, la meditación y las estancias en monasterios se están convirtiendo en opciones muy demandadas a nivel global.
- Peregrinaciones para jóvenes: Las redes sociales y el storytelling están cambiando la forma en que los jóvenes se acercan a la fe. Algunos operadores turísticos ofrecen itinerarios interactivos con narraciones digitales y espacios para compartir la experiencia en línea.
- Viajes que combinan fe y cultura: El peregrino moderno no solo quiere rezar. Quiere conocer la historia, el arte y la gastronomía local. Por eso, cada vez más viajes religiosos incluyen visitas a museos, degustaciones y encuentros con comunidades locales.
Un negocio entre el cielo y la tierra
La industria del turismo religioso debe encontrar un equilibrio entre la espiritualidad y el mercado. Por un lado, es esencial preservar la autenticidad de la experiencia. Por otro, la demanda sigue creciendo y el sector debe adaptarse a las dinámicas del turismo moderno.
El IWRT ha dejado claro que el turismo religioso ya no es solo un acto de devoción individual, sino una realidad económica y cultural a nivel global. Detrás de cada peregrinación, detrás de cada camino espiritual, hay una red de profesionales que trabajan para que el viaje del alma sea también una experiencia segura, accesible e inolvidable.
«No somos solo viajeros en este mundo. Somos peregrinos en busca de algo más grande.»