El año jubilar que celebran los católicos en 2025 puede parecer extraordinario a los ojos de quien no conozca el cristianismo. Los fieles son convocados a peregrinar a Roma, una ciudad que el fundador del cristianismo, Jesús de Nazaret, nunca pisó en vida y a la que jamás tuvo intención de ir, y que sin embargo se ha convertido en la sede de la Iglesia cristiana católica desde el primer momento de su existencia.
El motivo de esta singularidad es que en Roma predicó y fue martirizado el primer líder de la Iglesia, a quien Jesús mismo encargaría, según los evangelios, la misión de constituirla después de su muerte y resurrección. Este es Pedro, Simón de nombre original, un pescador judío sin estudios y sin recursos materiales, que se instaló con los discípulos de Jesús en la capital del Imperio en la época de Nerón, y donde predicaría, presidiría la incipiente iglesia y acabaría crucificado en el año 64.
Casi dos mil años después, y con motivo del Jubileo 2025, es un buen momento para que el peregrino descubra por sí mismo los lugares imprescindibles de la Urbe relacionados directamente con san Pedro.
1. La Basílica de San Pedro
Obviamente, el lugar principal que todo peregrino debe visitar es la Basílica de San Pedro, la imponente iglesia que es el centro del catolicismo y uno de los lugares de peregrinación más importantes del mundo.
La basílica está directamente construida sobre la tumba del Apóstol. De hecho, la tumba original fue hallada durante unas excavaciones arqueológicas en 1943, y hoy puede visitarse accediendo por el lateral de la basílica a la Necrópolis vaticana.
Como curiosidad, hay que señalar que la tumba está literalmente debajo del lugar que ocupa el Papa cuando celebra la misa en el altar mayor, bajo el baldaquino de Bernini, subrayando así la conexión entre el primer Papa y sus sucesores.
2. El obelisco de la Plaza de San Pedro
Junto a la Basílica vaticana, en pleno centro de la Plaza de San Pedro, hay un obelisco de unos 40 metros de origen egipcio sin jeroglíficos, pero con una leyenda latina en la base (de hecho, un exorcismo) y una cruz en lo alto.
El megalito fue trasladado desde Heliópolis (Egipto) por orden del emperador Calígula a Roma, y colocado en la spina del Circo de Nerón (hoy desaparecido) donde la tradición afirma que san Pedro murió crucificado. Es, por tanto, un “testigo” mudo de los últimos momentos de la vida del Apóstol.
3. Santa Maria in Via Lata
Si se siguiera un itinerario circular, el siguiente lugar que encontramos en Via del Corso es esta iglesia antiquísima construida donde, según la tradición, tenía su casa san Lucas, y donde Pedro, y después Pablo, bajo arresto domiciliario, vivieron durante su estancia en Roma. La tradición dice que ambos apóstoles coincidieron en Roma y fueron martirizados al mismo tiempo.
4. Cárcel Mamertina
Muy cerca de allí, junto al Foro Romano, se encuentra la famosa cárcel donde eran custodiados los “enemigos del emperador”. Se cree que San Pedro fue encarcelado aquí junto con San Pablo antes de su martirio. El sitio conserva una fuente que, según la tradición, brotó milagrosamente cuando San Pedro bautizó a sus carceleros.
5. San Pedro in Vincoli
Cerca también del Coliseo y del Foro Romano, se encuentra esta pequeña basílica de “San Pedro Encadenado”. En ella se veneran las cadenas que, según la tradición, llevó San Pedro cuando fue apresado. También se exhibe una de las esculturas más famosas del Renacimiento: el Moisés de Miguel Angel.
6. Basílica de San Juan de Letrán
Continuando hacia el sudeste de Roma, se llega a la plaza de San Juan de Letrán, cuya basílica es la verdadera catedral de Roma (y no el Vaticano). Es una de las principales iglesias vinculadas a San Pedro, reconocido como uno de sus santos patronos.
7. Iglesia de Santa María in Palmis
Girando hacia el sur, por la Vía Appia Antica, se llega a esta iglesia vinculada a una leyenda medieval, la del «Quo Vadis, Domine?». Según la tradición, San Pedro encontró a Cristo mientras huía de Roma durante las persecuciones de Nerón. Al preguntarle Quo Vadis, Domine? (¿A dónde vas, Señor?), Jesús respondió que regresaba a Roma para ser crucificado de nuevo, ya que Pedro no tenía valor para hacerlo. Este encuentro inspiró a Pedro a regresar a la ciudad y aceptar su martirio.
La iglesia, conocida como del Quo Vadis?, contiene una copia de las huellas atribuidas a Jesús, consideradas una reliquia simbólica del evento. Esta leyenda inspiró una de las novelas más famosas del siglo XIX sobre la antigua Roma, llevada al cine en 1951 con Peter Ustinov, Deborah Kerr y Robert Taylor.
8. Catacumbas de San Calixto
Siguiendo la Vía Appia Antica, encontramos estas catacumbas, que fueron cementerio de los papas desde los siglos II al IV. Aunque más asociadas con los primeros cristianos, contienen referencias a San Pedro y San Pablo.
9. Basílica de San Sebastián Extramuros
Junto a las Catacumbas encontramos esta basílica que fue mandada construir por el propio emperador Constantino, en honor de San Pedro y San Pablo. Se construyó en este lugar porque aquí se ocultaron las reliquias de los dos Apóstoles durante los siglos de persecución. Poco después se dedicó a un famoso mártir romano, san Sebastián.
10. Iglesia de San Pedro in Montorio
Ya en el camino de vuelta al Vaticano, en el Janículo, encontramos esta iglesia construida sobre el lugar donde la tradición dice que san Pedro fue clavado en la cruz antes de ser llevado al Circo de Nerón, donde murió. Esta iglesia está situada en uno de los rincones más bellos de Roma, muy cerca de la Embajada de España.
Como puedes ver, Roma, centro del catolicismo romano y destino del Jubileo 2025, conserva numerosos lugares relacionados con el apóstol Pedro, con su presencia y su martirio. Un legado espiritual e histórico que bien vale una visita.