Puede resultar chocante ver el escudo de un equipo de fútbol en una vidriera de una iglesia de la baja Edad Media. Pero para los barceloneses no es nada sorprendente. En contraste con las típicas representaciones de santos locales o escenas evangélicas, el emblema del famoso FC Barcelona adorna una de las vidrieras de la iglesia de Santa María del Mar, en el turístico barrio del Born – un gol santo, desde luego.
Antes de que te imagines al obispo dirigiendo el Cant del Barça, te lo explicamos. De hecho, se trata de una antigua tradición: desde los primeros tiempos del cristianismo, en la construcción de los templos, los donantes incluían sus nombres en los objetos de culto que generosamente proporcionaban. La presencia del escudo del equipo no es en absoluto una manifestación de lealtad local al club, sino todo lo contrario. El FC Barcelona tiene una larga tradición de mecenazgo.
La explicación sencilla es que el FC Barcelona financió la reconstrucción de la vidriera a finales de los años sesenta. Esta iniciativa siguió a la decisión de restaurar las vidrieras de la catedral, un proyecto que se hizo necesario tras la destrucción causada por un incendio que duró 11 días en 1936.
Santa María del Mar es una de las iglesias más emblemáticas de Barcelona, que data del siglo XIV. Está dedicada a Santa María, patrona de los marineros, probablemente por su proximidad al mar. A lo largo de su historia, la iglesia ha sobrevivido a terremotos, la ocupación napoleónica, bombardeos y el franquismo.
Sin embargo, el golpe más duro llegó en 1936, cuando los anarquistas incendiaron Santa María del Mar durante la Guerra Civil española. La devastación resultante dejó el interior de la iglesia en ruinas, y las piedras aún conservan las cicatrices ennegrecidas del infierno.
Aunque las reformas comenzaron en 1938, no fue hasta la década de 1960 cuando se sustituyeron las ventanas dañadas. Ante las limitaciones financieras, una campaña de recaudación de fondos buscó aportaciones de diversas organizaciones, entre ellas el Fútbol Club Barcelona. El club aceptó contribuir, con la condición de que su escudo (como manda la tradición) se incorporara a una de las vidrieras.
Puede que el visitante casual no repare en este detalle, pero un observador atento descubrirá el escudo del FC Barcelona discretamente incrustado en una de las magníficas vidrieras de esta histórica iglesia. Es el cameo más sagrado que nunca habrías imaginado. Un tanto para una decoración divina.