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Pasaporte a las rutas de peregrinación medievales de Irlanda

Para considerarse “oficialmente” un peregrino (por ejemplo, para conseguir la “compostelana” en el Camino de Santiago), hay que caminar un mínimo de cien kilómetros. Esta es la filosofía del Pasaporte creado por Pilgrim Paths of Ireland, una fundación que busca recuperar los antiguos caminos medievales del país, olvidados en parte por su difícil historia religiosa en los últimos cuatro siglos.

Son cinco caminos de peregrinación, relacionados con santos irlandeses de la Alta Edad Media, que juntos suman casi 120 kilómetros. Realizar las cinco rutas permite obtener el Teastas Oilithreachta o Certificado de Peregrino. Y sobre todo, constituyen una ocasión extraordinaria para sumergirse en la Irlanda que, sin renunciar a lo mejor de sus raíces celtas, escribió una de las páginas más brillantes a nivel cultural y artístico de la Alta Edad Media.

Tóchar Phadraig

El santo irlandés más famoso de todos los tiempos, san Patricio, tiene su propio camino de peregrinación, que recorre el antiguo sendero de los reyes de Connaught. De hecho, la “montaña sagrada” del patrón de Irlanda es escalada por miles de personas cada año, desde tiempo inmemorial, como atestiguan los restos de una capilla del siglo V descubiertos recientemente.

La antigua ruta parte desde la Abadía de Ballintubber, y recorre durante unos 30 kilómetros el bellísimo condado de Mayo, en el noroeste de Irlanda. De hecho, dado que atraviesa algunos campos privados, la peregrinación debe hacerse con registro previo en la misma Abadía. Es interesante, antes de partir, detenerse un momento en el pozo de san Patricio, junto a la abadía, lugar donde el santo bautizaba a los recién nacidos.

A medio camino, se encuentran las ruinas del sitio monástico de Aughagower, construido probablemente en torno al siglo X, así como otro pozo relacionado con san Patricio, Dawach Patrick, hoy seco pero antes conocido por una curación milagrosa.

Junto a los lugares medievales, el peregrino puede admirar también junto a antigüedades paganas, como la Piedra Boheh, que marcan la importancia de la montaña sagrada antes de la llegada del cristianismo.

El camino termina en el Croagh Patrick, el monte donde san Patricio, en el año 441, ayunó durante 40 días y desde donde según la tradición, expulsó a las serpientes de la isla. En realidad, el monte era ya meta de peregrinación en épocas paganas, cuando recibía el nombre de Cruachán Aigle. Es tradición subirlo el último domingo de julio (o Reek Sunday), y una vez arriba, dar varias vueltas mientras se reza.

Cosán Na Naomh

O lo que es lo mismo, Camino de los Santos (Saints Road), constituye una de las rutas de peregrinación más antiguas documentadas, que recorre el suroeste de Irlanda. Los peregrinos llegaban por mar hasta la Bahía de Ventry, desembarcaban en la playa y recorrían 18 kilómetros hasta el monte Brandon, uno de los montes sagrados de Irlanda.

Este camino está relacionado con san Brandán el Navegante, famoso monje del siglo VI que protagonizó una de las epopeyas más increíbles de la Edad Media. La ruta pasa por el oratorio Gallarus, famosa construcción paleocristiana, y por la abadía de Kilmalkedar.

Cnoc na dTobar

Otra montaña sagrada es la meta de esta peregrinación de apenas 9 kilómetros, relacionada con otro monje santo, san Furseo, a caballo entre los siglos VI y VII. Hijo de reyes, Furseo fundó varios monasterios, tuvo visiones místicas, y murió exiliado en Francia.

El camino, de carácter penitencial, fue recuperado por un canónigo de nombre Brosnan a finales del siglo XIX, convirtiéndolo en un majestuoso Via Crucis. Destacan el pozo de san Furseo al inicio del camino, así como la Cruz del Canónigo en la cima del monte.

Camino de san Finbar

Más al sur, otro camino, esta vez de 37 kilómetros, recorre el camino de este santo predicador irlandés llamado Naomh Fionnbarra o Finbar desde Top of the Hill en Drimoleague (hoy una propiedad privada), lugar donde predicó a los paganos para que se convirtieran. Nuestro santo recorrió después un largo camino para alejarse del mundo, hasta un lugar idílico al lado de un lago, en Gougane Barra.

El camino recorre lugares de gran significado religioso e histórico, pues esta región fue una de las que más resistió a la dominación inglesa y a la persecución anticatólica, como atestiguan las ruinas del castillo de Carriganass. Otro de los atractivos del camino es la casa de George the Sky, un lugar donde se puede experimentar la paz y la conexión con la naturaleza.

Camino de san Kevin

El último de los cinco caminos recorre esta vez el este del país, un poco al sur de Dublín. Se trata del camino que siguió otro gran predicador, san Kevin de Glendalough, desde la aldea de Hollywood hasta las montañas Wiclow, buscando un lugar donde fundar un monasterio.

El camino, de 30 kilómetros, recorre varios lugares relacionados con la vida y los milagros del santo, como la Cueva de san Kevin y la Poza, así como el alto de Wiclow, donde los peregrinos acostumbran a dejar una piedra. La ruta termina en el sitio monástico de Glendalough, uno de los más bellos y mejor conservados del país.

El PPI organiza la Semana Nacional de los Caminos de Peregrinación cada Semana Santa, y expide un pasaporte de peregrino y un certificado de finalización a quienes terminan los 5 senderos principales: Cnoc na dTobar, Cosán na Naomh, Camino de San Finbarr, Camino de San Kevin y Tóchar Phádraig. La organización también organiza el Viaje del Peregrino Irlandés en junio de cada año. Se trata de una caminata totalmente guiada a lo largo de los caminos peregrinos con pasaporte de Irlanda, con toda la logística incluida, que permite a los participantes obtener los sellos necesarios para el Pasaporte del Peregrino Irlandés en 6 días de caminata. Más información sobre los caminos peregrinos de Irlanda en: https://www.pilgrimpath.ie/

Entrada también disponible en: English Italiano

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